Efectos negativos de las pantallas
Los últimos avances tecnológicos están llenos de ventajas: podemos hacer cualquier trámite de forma telemática y ahorrar tiempo, hablar con personas de todo el mundo, acceder a cualquier tipo de información e incluso trabajar desde casa con un ordenador y una conexión a Internet. ¿Pero qué consecuencias tiene en nuestra salud este uso tan excesivo de los dispositivos con pantalla?
¿Te has preguntado alguna vez si pasas demasiado tiempo delante de una o varias pantallas? Si trabajas con ordenador, utilizas el móvil para comunicarte con tus amigos o familiares y al llegar a casa te pones dos capítulos de tu serie favorita, ¿te has parado a pensar si esta sobreexposición tiene consecuencias negativas en tu salud física y mental? Antes de contestar esta pregunta, veamos cuál es el tiempo medio que una persona pasa frente a una pantalla, para que puedas compararlo con el tiempo que pasas tú. A nivel mundial, las personas pasan a diario 6 horas y 57 minutos delante de una pantalla, según los datos de DataReportal. En España la situación es aún más impactante: pasamos unas 11 horas al día frente a distintas pantallas, alerta un informe de la plataforma de educación digital Empantallados. O lo que es lo mismo: los españoles nos tiramos 167 días al año delante de una pantalla.
Impacto de las pantallas en la salud física
Una elevada exposición a las pantallas supone consecuencias importantes tanto para la salud física como mental. La fatiga visual es el primer efecto de la exposición prolongada a las pantallas, y en muchos casos, suele ser el preludio de una migraña. Si estamos además consultando una tableta o smartphone, inclinaremos ligeramente la cabeza hacia abajo, lo que provoca que los músculos del cuello se estiren, causando molestias y dolor. Multitud de estudios han relacionado también un aumento del sobrepeso y la obesidad debido al estilo de vida sedentario que causa destinar el tiempo de trabajo y de ocio a las pantallas.
Impacto de las pantallas en la salud mental
¿Y qué ocurre a nivel mental? El sentido de dependencia de los dispositivos o la consulta adictiva de mensajes, son efectos secundarios del uso de las pantallas. Una investigación canadiense publicada por JAMA Network Open detectó que una elevada exposición a las pantallas se asociaba a depresión, ansiedad, irritabilidad, y problemas de sueño. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido recientemente la existencia de las “tecnoadicciones” para referirse a la adicción a las nuevas tecnologías.
Efectos de las pantallas en menores
Son muchos los profesionales de la psicología y pedagogía que han investigado, y continúan haciéndolo, sobre el uso excesivo de pantallas en niños y adolescentes. Entre ellos, los autores Ofelia Rodríguez y Lorena Cynthia Estrada, que aseguran que este abuso puede alterar la visión, el sueño, las funciones ejecutivas, las habilidades sociales y la conducta, así como el peso corporal, en niños, niñas y adolescentes. Además es un factor de riesgo ante casos de sedentarismo, problemas alimenticios y bienestar psicológico en general.
Cómo hacer un uso responsable de las pantallas
Las consecuencias de las que hemos hablado en este post evidencian la necesidad de conseguir un consumo responsable de las pantallas en el uso diario, tanto en adultos como en los más pequeños; y en todos los ámbitos, ya sea educativo, social y familiar. Para ello podemos seguir ciertas estrategias, como:
- Establecer rutinas diarias y limitar el tiempo de uso de las pantallas.
- Incluir actividades saludables en nuestro día a día, como hacer deporte o socializar con otras personas.
- Evitar el uso de pantallas antes de dormir (lo ideal es dejarlas una hora antes) para conciliar mejor el sueño.
- Seguir la regla 20-20-20: cada 20 minutos de trabajo aparta 20 segundos la vista de la pantalla y mirar a una distancia de 20 pies (que equivalen a unos 6 metros).
- Evitar que los menores de 24 meses tengan acceso a pantallas y controlar el tiempo de uso, así como los contenidos a los que acceden, en niños mayores de esa edad.
- No usar pantallas durante las comidas o cenas, y por supuesto olvidarse de ellas si estás presencialmente con otra persona.
- Animarse a salir a dar un paseo o hacer la compra y dejar el móvil en casa. Comprobarás que no se acaba el mundo.